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Cueto Nidio

Cómo llegar

  • De de Villablino, se toma la carretera C-631 en dirección a Ponferrada.
  • Poco después de cruzar el Río Sil sale un desvío a la izquierda a con dirección a Llamas de Laciana y Rabanal de Arriba, localidad en la que comienza la ruta.

Descripción de la ruta

Nombre de la ruta Cueto Nidio
Ruta completa 15 kilómetros
Inicio/Fin Rabanal de Arriba (Villablino)
Duración aproximada 5:30 horas
Dificultad Alta
Tipo de ruta Circular
Punto más elevado 1773 m

La ruta comienza en Rabanal de Arriba, donde merece la pena darse un pequeño paseo para ver algunos ejemplos de su arquitectura tradicional entre lo que destacan, un hórreo con la cubierta de teito. El camino abandona el pueblo y comienza un ascenso poco pronunciado pero continuo hasta las brañas de Cubajo, donde es posible contemplar con detalle las cabanas donde vivían y viven los brañeiros, las outseras donde conservaban la leche o los cierres de los prados. Las primeras cabanas se encuentran en un paisaje conocido como Los Trigos y las últimas, antes de comenzar el ascenso a Cueto Nidio, se denominan Las Milindriegas.

El ascenso se realiza por el antiguo camino que llevaba a la braña de Viforcos que sube en zigzag y con una fuerte pendiente. Al llegar al collado, que separa los valles de las brañas de Cubajo y Viforcos. La ruta dirige hacia Cueto Nidio.

El descenso a Rioscuro de Laciana es vertiginoso, ya que se libran unos ochocientos metros de desnivel en poco espacio atravesando escobales, pastizales y notables bosques de roble y abedul. Al llegar al fondo del valle, se cruza el río Bayo por un magnífico puente para llegar a Rioscuro, localidad con interesantes manifestaciones de arquitectura tradicional. En el mismo pueblo se vuelve a cruzar el río ya que el resto de la ruta discurre por su margen izquierda.

A partir de aquí, la ruta sigue caminos y veredas muy cómodos para el caminante hasta el lavadero de carbón de la Minero Siderúrgica de Ponferrada. En este punto la vereda se pierde por la presencia de una escombrera producto de la actividad extractiva de la mina, con lo que hay que rodearla para coger de nuevo el sendero que lleva hasta Llamas de Laciana y el final del recorrido en Rabanal.

Recomendaciones:

  • Es aconsejable llevar ropa y calzado apropiados.
  • Conviene llevar ropa de abrigo, incluso en verano, ya que debido a la altitud, las condiciones climáticas pueden cambiar con rapidez.
  • Debido a la longitud y duración prevista del recorrido, puede ser necesario llevar agua y comida. Se recomienda planificar la excursión teniendo en cuenta la longitud y desnivel de la ruta.
  • Aunque en el recorrido existen algunos manantiales y fuentes, se recomienda no beber agua sin suficientes garantías sanitarias. Es mejor llevar agua.

Cartografía

Vuelo virtual

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Galería de imágenes

Contenido temático

Viviendas tradicionales

Aunque cada vez menos comunes, en Llamas de Laciana y Rabanal de Arriba perduran algunas viviendas, hoy generalmente destinadas a pajares o cuadras, con cubierta vegetal o teito.
Aunque el modelo de casa lacianiega se ha presentado como un semicírculo perfecto con un hórreo en el interior, en realidad tienen formas de U, L o T irregulares aunque con las esquinas
redondeadas.

Hórreos

Los hórreos son edificios anejos a la vivienda destinados a mantener ciertos alimentos fuera del alcance de roedores. El hórreo de Rabanal de Arriba es uno de los pocos que mantiene la estructura original, es decir, planta cuadrada, pegollos de piedra o madera y muelas, piedras voladas sobre la cabeza de los pies para  dificultar la subida a los animales, y cubierta de paja de centeno.
Normalmente, la cubierta vegetal ha sido sustituida por losa de pizarra. El acceso al hórreo se hace por una  escalera de madera.
Aunque hoy en día los hórreos tienen un solo propietario, parece que en origen eran comunales.

Cabanas

Las cabanas, que así se llama a las edificaciones de la braña, consistían en una sola estancia que albergaba al ganado y a los pastores. Entre el espacio ocupado por unos y por otros, había apenas una sencilla división. También hay construcciones de dos alturas en las que la cuadra ocupaba la planta baja y la vivienda la planta superior.
Muchos son los detalles arquitectónicos que se pueden señalar, aunque quizás los más llamativos, además del teito, son los testeros o penales de las casas, rematados con losas escalonadas o gritsandanas y el cumbre de las cubiertas, que podía estar culminado con piedras más o menos cuidadosamente colocadas o perfectamente engarzadas.

Iglesias y ermitas

Varias son las edificaciones religiosas presentes a lo largo de ruta. En Rabanal aparecen la iglesia del pueblo y una pequeña ermita En Rabanal aparecen la iglesia del pueblo y una pequeña ermita dedicada a Las Candelas. En Rioscuro, la iglesia de la Asunción muestra su ábside románico, con rudos modillones sin labrar.
Posee tres retablos barrocos; según cuentan en el pueblo, el correspondiente al lateral derecho fue tallado a navaja por un lugareño.

Ya recolectado a pequeña escala por los lugareños, la explotación industrial del carbón en Laciana comienza a principios del siglo XX, lo que varió definitivamente el devenir histórico del Valle.

El cambio fue brutal; se pasó de una economía de subsistencia basada principalmente en la ganadería y en una mínima actividad agrícola, a la explotación masiva del mineral de carbón. La minería propició la llegada masiva de trabajadores de todo el país e incluso del extranjero, con lo que la población del valle aumentó espectacularmente, y supuso el abandono paulatino de las labores agrícolas y ganaderas.

Hoy en día, el carbón vive tiempos difíciles y la actividad extractiva se ha reducido considerablemente. También ha cambiado en parte, el modo de explotación ya que en muchos casos se ha pasado de la manera tradicional de extracción basada en minas subterráneas, a un modo más rentable, consistente en la explotación a cielo abierto.

No obstante, estos nuevos métodos suponen una mayor ocupación de territorio y una degradación ambiental superior.

Pero la historia de la minería en Laciana tiene un origen mucho más remoto ya que los romanos hicieron numerosas prospecciones en todo el territorio lacianiego, aunque en busca de otro mineral, el oro.

Tradicionalmente, el hombre ha tendido a la explotación racional pero intensa de los recursos naturales de cada territorio ocupado.

Lógicamente, Laciana no ha sido diferente y así, los fondos de los valles fueron transformados para la creación de pastizales y tierras de labor y por supuesto, para el asentamiento de los pueblos.

Además, de los bosques se extraía madera para la construcción de viviendas y leña para alimentar el fuego... Sólo faltaba obtener algo de zonas más altas y de los pastizales naturales que allí crecen. Dado que no era posible desplazar diariamente al ganado, para su aprovechamiento se crearon pueblos de verano o brañas a los que se trasladaban desde fmales de verano hasta bien entrado el otoño con toda la familia y sus pertenencias. Los habitantes de las brañas eran conocidos como brañeiros y todo lo que rodea a la braña y al brañeiro constituye una de las manifestaciones culturales más sobresalientes del norte peninsular.

aciana acoge una amplia representación de los bosques de la Cordillera Cantábrica, abedulares, robledales, bosques de ribera, pero sin duda, los denominados bosques mixtos, son los que de manera más determinante le han dado su fama, por albergar algunas de las especies animales más amenazadas de la Península, como el oso pardo cantábrico y el urogallo cantábrico. Ambas son especies netamente forestales, ya que desarrollan la mayor parte de su ciclo vital en este hábitat. Pero la importancia de estas formaciones boscosas, no radica sólo en la fauna que acoge, sino en su propia estructura y composición florística.

El bosque está formado por una plétora de árboles que compiten por los recursos. Pero no hay que creer que se trata de una convivencia pacífica sino que la lucha por el agua, la luz, los nutrientes y por conseguir una posición preponderante es muy intensa y cada especie utiliza sus propias estrategias. Unos optan por crecer rápidamente en altura, otros por dispersar sus semillas más lejos y algunas especies limitan el crecimiento a su alrededor, incluso a sus propios congéneres. Muchas son las especies arbóreas que se pueden distinguir en un bosque mixto: el abedul, el roble albar, el capudre o serbal de los cazadores, el humeiro o aliso, el mostachal o mostajo, el caruezo o manzano silvestre, el plágano o arce, el acebo, el álamo temblón,el cerezo silvestre o el fresno.

A esta numerosa representación arbórea hay que añadir un nutrido grupo de arbustos entre los que destacan el espino maguchal o majuelo, el sabugueiro o saúco, los sauces, las escobas o retamas...

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