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Ruta por el entorno de Ubiña

Cómo llegar

  • Desde La Magdalena en dirección a Villablino, por Babia, al llegar a Puente Orugo se toma dirección a San Emiliano y se continúa hacia el puerto de Ventana hasta llegar a Torrebarrio.
  • Desde Villablino, en dirección a León, por Babia, existe un cruce varios kilómetros después de Huergas que lleva a San Emiliano, desde donde se continúa hacia Asturias hasta llegar a Torrebarrio.

Descripción de la ruta

Nombre de la ruta Por el entorno de Ubiña
Inicio/Fin Torrebarrio (San Emiliano) / Pino (San Emiliano)
Duración aproximada 5 horas y media
Dificultad Alta
Tipo de ruta Lineal
Punto más elevado 1937 m

La ruta comienza en el barrio de la Vega de la localidad de Torrebarrio; discurre por la calles del pueblo en dirección a la iglesia, aunque poco antes, se desvía para tomar una pista de nuevo trazado que asciende en dirección a Ubiña. Después de unos dos kilómetros de pronunciado ascenso, la ruta abandona la pista y cambia de dirección para dirigirse al Collado del Ronzón.

Este tramo, coincide con la ruta clásica de ascenso a Pefia Ubiña por lo que existe una vereda más o menos definida pero marcada con “hitos”, montones de piedra que permiten seguirla fácilmente. Desde el Ronzón, punto más elevado de la ruta, se contempla una de las vistas más impresionantes de Babia. A partir de este punto, comienza un suave descenso por una zona de pastizal, llamada la Vega de Riotuerto, en la que no existen caminos ni veredas, pero que está suficientemente señalizada. La vega termina en un pequeño estrechamiento atravesado por el arroyo del Valle de Riotuerto y al final del mismo, se llega a la Vega de Candioches. Aquí, la ruta contacta con el camino que viene desde la Casa Mieres, situada en el Puerto de la Cubilla, desde donde se continúa descendiendo por una pista que discurre por el fondo del valle de Alcantarilla hasta llegar a Pinos, final de la Ruta.

Recomendaciones:

  • Es aconsejable llevar ropa y calzado apropiados.
  • Aunque en el recorrido existen algunos manantiales y fuentes, se recomienda no beber agua sin las suficientes garantías sanitarias.
  • No se deben llevar perros sueltos ya que pueden causar
    molestias al ganado.
  • Por respeto al entorno y a otros posibles visitantes, evite dar voces o llevar aparatos con ruidos estridentes.
  • La recogida de residuos es muy dificultosa en estos valles. Procure llevar su basura de regreso y depositarla en contenedores.
  • En invierno el camino puede complicarse por la presencia de hielo y nieve por lo que se recomienda no realizar la ruta a no ser que se disponga de equipo adecuado.

Cartografía

Vuelo virtual

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Contenido temático

Los puertos de Babia fueron claves en el desarrollo de la cultura trashumante. Los grandes rebaños de merinas que pasaban el invierno en Extremadura y La Mancha agotaban los pastos a finales de primavera y debían desplazarse hacia las montañas donde el desarrollo de los pastos era más tardío. Los puertos de La Cubilla y el entorno de Ubiña, Alcantarilla, La Cueva del Puerco, La Vega de Gorgaveros, Los Navares, Naves y Riotuerto, pertenecieron a la Colegiata de San Isidoro de León hasta la desamortización, cuando pasaron a manos de la familia Sierra-Pambley. Años después de la muerte de Paco Sierra, en 1925, la Fundación Sierra-Pambley los subastó en pública subasta y el Concejo de Mieres se hizo con ellos por 486.000 pesetas. Actualmente siguen siendo los propietarios y

cada verano suben a ellos más de un millar de vacas y cerca de un centenar de yeguas. Los vecinos de Pinos y Torre-barrio siempre criticaron que se vendieran estos puertos, probablemente de los mejores de toda la provincia.

Hace apenas diez mil años, existían varios glaciares que ocupaban por completo los valles de la montaña leonesa situados por encima de los 1.500 m.

En los altiplanos de la vega de Riotuerto y Candioches su suave relieve, favorece la formación del hielo que posteriormente rebosaba hacia los valles. Desde el Puerto de la Cubilla el hielo discurría no sólo hacia el valle de Alcantarilla, hacia Pinos, sino también al arroyo de Puerto, hacia Villafeliz de Babia e incluso al Huerna, en Asturias.

Hoy en día, ha desaparecido todo resto de hielo perpetuo, pero son muy visibles las manifestaciones de la actividad glaciar como los circos glaciares y depósitos de material como las morrenas.

Además continúa la formación de canchales y gleras debido al elevado contraste térmico que propicia la continua rotura de las rocas, Esto ocurre porque el agua que penetra en las grietas de las rocas, aumenta de volumen al congelarse y las desgaja. Existen multitud de topónimos como “los hoyones” o “los pozos de la nieve”, que hacen referencia a la existencia de dolinas y poljés, estructuras Kársticas producidas por la disolución de la roca caliza por el agua, allí donde la nieve permanecía más tiempo. El agua de la lluvia en contacto con el CO2 de la atmósfera se vuelve ligeramente ácida y actúa disolviendo muy lentamente la roca caliza, que en zonas de suave relieve, da lugar a estas curiosas formaciones que aparecen como depresiones del terreno sin aparente posibilidad de evacuación del agua.

En Ubiña, el desarrollo de la vida viene marcada por unas singulares condiciones ambientales. Por un lado, el clima extremo que hace de la montaña un lugar casi inhabitable durante varios meses del año; por otro, la falta de árboles y arbustos que limita los recursos de alimento y refugio. Ademis, en todo el macizo, gran parte de la superficie está cubierta de roca desnuda y las condiciones que ahí ocurren bien podrían definirse como las de un “desierto de roca”. Las plantas y animales deben adoptar morfologías especiales para poder sobrevivir y desarrollar su ciclo vital de acuerdo a un periodo invernal frío y prolongado, un corto periodo primaveral en el que las condiciones de temperatura y agua son relativamente benignas y un periodo estival. seco y caluroso, después del cual llega el frío y la nieve sin dejar tiempo al otoño.

Las plantas, a pesar de presentar un tamaño muy reducido, exhiben en verano flores relativamente grandes y de gran colorido. La función de estas llamativas flores estriba en atraer rápidamente y en cantidad a los insectos polinizadores para completar el ciclo biológico en el menor periodo de tiempo posible.

Existen varias estrategias para sobrevivir en un medio tan hostil pero las más comunes son, adoptar morfologías especiales como estructuras carnosas, pilosidad abundante o hacer como las plantas llamadas anuales, pasar el invierno en forma de semilla y germinar cuando las condiciones de humedad y temperatura sean las adecuadas

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