¿HAS PERDIDO TUS DETALLES?

DVD Promocional

La Isla

Cómo llegar

  • Desde León por la N-120 hasta llegar a Astorga, desde aquí al embalse de Villameca se toma la carretera de Pandorado (LE-451).
  • Desde Carrizo de La Ribera por la LE-420, tomar la carretera en dirección a Riofrío, para continuar hasta Villameca.

Descripción de la ruta

Nombre de la ruta La Isla
Inicio/Fin Villameca (Quintana del Castillo)
Duración aproximada 4 horas y media
Dificultad Baja
Tipo de ruta Cirular
Punto más elevado 1080 m

El embalse de Villameca, que ha convertido la vega del Tuerto en una espléndida zona de cultivo donde las choperas se intercalan con huertos y patatales, es también zona de ocio y recreo donde disfrutar de un baño o de un tranquilo paseo.

La ruta comienza a los pies de la segunda presa. Siguiendo el camino que bordea el embalse, se atraviesa la tercera presa, situada en el paraje de Valdeciervas, sobre la que discurrió durante un tiempo la carretera a Villameca. A partir de aquí, la senda se aleja del embalse y cruza suaves lomas en las que todavía se descubren cultivos de trigo y centeno. Cualquiera de estas lomas es un buen mirador para contemplar los alrededores: a la izquierda, el Cueto San Bartolo vigila todo el recorrido y mira expectante el paso de tiempos, gentes y usos, acogiendo en su cima desde el monasterio de los monjes hospitalarios de la Orden de San Juan de Jerusalén, a las nuevas torres de telecomunicaciones. Siempre lugar estratégico, la subida al Cueto merece la pena por las vistas que ofrece. Al norte, se sitúa el pueblo de Palaciosmil. La nueva iglesia, pintada de blanco, resulta más visible que el resto construcciones tradicionales que utilizaron la piedra para los muros y la paja de centeno para los tejados. Al este, también se deja ver Quintana del Castillo, antes Quintana de Cepeda. El camino progresa entre lomas para acercarse de nuevo al embalse y a la carretera que une Quintana del Castillo con Palaciosmil.

La ruta continúa por la calle principal de Palaciosmil que se bifurca: la derecha lleva a la Fuente de Santiago, situada al final del pueblo; sus aguas frescas y cristalinas, bien merecen un alto en el camino.

La calle de la izquierda, por la que continúa la ruta, conduce hasta el peculiar pueblo de Los Barrios de Nistoso, perteneciente al vecino municipio de Brañuelas-Villagatón. Después de atravesar las últimas huertas de Palaciosmil, bien regadas gracias a la reguera que cruza el pueblo, los pinares se apoderan del camino. Estas plantaciones se iniciaron en los años 40, cuando las autoridades forestales repoblaron estos suelos pizarrosos poco productivos con pinos de varias especies. La ruta abandona el camino principal de Los Barrios de Nistoso para, hacia el sur, adentrarse en La Isla, la lengua de tierra que más penetra en el embalse. Pinos, escobas, piornos y urces, predominan hasta la orilla del embalse, donde el agua ha permito el asentamiento de especies propias de ribera como sauces, alisos y álamos temblones, que por aquí llaman "albarín". El retorno se realiza por el mismo camino.

Recomendaciones:

  • Es aconsejable llevar ropa y calzado apropiados.
  • Aunque en el recorrido existen algunos manantiales y fuentes, se recomienda no beber agua sin las suficientes garantías sanitarias.
  • Por respeto al entorno y a otros posibles visitantes, evite dar voces o llevar aparatos con ruidos estridentes.
  • La recogida de residuos es muy dificultosa en estos valles. Procure llevar su basura de regreso y depositarla en contenedores.
  • Cuando en la zona haya ganado, no deje suelto a su perro, puede asustar a los rebaños.
  • Procure protegerse del sol utilizando sombreros o gorras y protectores solares.
  • Además de para senderismo, la ruta ofrece inmejorables condiciones para bicicleta de montaña.

Cartografía

Vuelo virtual

Pulsa para reproducir

Galería de imágenes

Contenido temático

Aunque en la actualidad las plantaciones de pinos ocupan de forma mayoritaria el paisaje en torno al embalse, no siempre fue así. Antes, el monte de roble ocupó el mismo espacio. El robledal, sometido a una intensa deforestación, ligada primero a la mineria aurifera y despies a la necesidad de roturar tierras para sembrar centeno, abrir pastos y a la venta de leña, prácticamente ha desaparecido. En su lugar, mares de urces y retamas ocupan estos chanos, antesala de la cordillera Cantábrica.

Los brezos o urces fueron durante mucho tiempo base de la economía de las familias de la zona. Los hombres solían pasar el día en el monte arrancando urces con ayuda de un pesado azadón. De la planta se aprovechaba todo, desde la raiz, llamada cepo o tuérgano, a las ramas, que atadas en manojos forman los fejes. Con el carro bien cargado, una vez a la semana, fejes y cepos se llevaban a los mercados más próximos: cada segundo lunes, al desaparecido mercado de Sueros de Cepeda; los martes al de Astorga y los jueves al de Benavides, con el que las gentes de Villameca guardan aún mayor relación. Un carro de urces solía costar 25 pesetas. El viaje llevaba un día de camino y hacían parada en la ya desaparecida Venta la Perdiz, cercana al pueblo de Cogorderos. Dormían de camino en alguna cuadra o pajar.

Si el cambrión y los brezos ocupan las planicies que rodean el embalse y los pinos se apoderan de los suelos más escarpados e improductivos dando una nueva apariencia a estos terrenos, antes poblados de roble, el embalse y el agua que acumula, han permitido que una flora y fauna propias de zonas con abundancia de agua, se asienten a su alrededor.

Paleras o sauces, alisos o humeros y álamos temblones, aquí llamados "albarines", forman una rica representación de la vegetación de ribera en la cola del embalse.

En el interior del agua, encharcadas, aparecen otras plantas que necesitan estas condiciones para vivir, como los juncos y los ranúnculos de flores amarillas. Enredadas entre la vegetación de la orilla, es muy fácil descubrir a la carpa, pez que gusta de aguas cálidas, limpias, lentas y de fondos blandos como las que ofrece el embalse, donde se alimenta de materia vegetal entre otras cosas. Entre la fauna piscícola también se encuentran la trucha y el escallo. Resulta fácil descubrir a la garza elevando el vuelo al lado del embalse, o ver a los somormujos nadando tranquilos. Entre los árboles de la orilla, aves cantarinas, amenizan el paseo.

Desaparecido bajo las aguas del embalse de Villameca, el pueblo de Oliegos contaba 173 habitantes que en su mayoría fueron realojados en Foncastin, en la provincia de Valladolid. Por septiembre, cuando el agua ya está baja, resulta fácil ver los restos del pueblo en una cola del embalse.

Cada año, el día de Santiago, fiesta de La Cepeda, la memoria de Oliegos se reaviva.

En las repoblaciones que bordean el embalse pueden distinguirse varias especies de pinos. El número de acículas, el color del tronco o la forma de la copa, permiten diferenciar la especie de que se trata.

Pinus sylvestris

Especie muy utilizada en repoblaciones del norte de la Península, también se conoce como pino silvestre, de Valsaín o albar. Se distingue fácilmente porque en la parte superior del tronco la corteza, muy fina, se desprende en escamas de color naranja. Las aciculas son cortas, recias, de color verde-azulado y agrupadas de dos en dos.

Pinus pinaster

Conocido como pino resinero, de él se extrae la resina, con la que se elabora la esencia de trementina y el aguarrás. Se distingue por su porte en forma de seta y su tronco robusto, derecho y cubierto por una corteza espesa y agrietada de color pardo-rojizo. Las aciculas, agrupadas por parejas, son largas, gruesas y recias. De las tres especies, ésta posee las piñas más grandes.

Pinus nigra

El pino negral o laricio, soporta condiciones de clima y suelo desfavorables, por lo que se emplea con frecuencia en repoblaciones. Su corteza es plateada y en los ejemplares más viejos aparece surcada por grietas oscuras. De los tres tipos de pinos, sus acículas son las más largas, finas y flexibles, de color verde brillante y reunidas de dos en dos. Sus piñas son de color café con leche.

Dicen que el nombre de Palaciosmil procede de Palacio de Osmiro, en relación al palacio o la casa de Omir, personaje del que no se tienen referencias.

Una de las primeras citas escritas del pueblo, hace alusión a un coto de caza, propiedad del Obispo de Astorga. Delimitado con una cadena, quien lo quebrantara tenía que satisfacer al prelado con 100 libras de oro. Existe en la zona un paraje denominado "Las Forcas" que podría hacer referencia al lugar donde se exigía el cumplimiento de los derechos del coto.

La batalla de La Degollada…

La primera presa del embalse de Villameca se ubica en el paraje de "La Degollada". Cuentan los mayores que siguiendo el curso del río Tuerto, llegó a la comarca un ejército moro con aires de conquista. El rey cristiano o alguno de sus capitanes decidieron frenar su avance, para lo que planearon una emboscada. Mandaron cavar unas trincheras a cada lado del río en las que escondieron a sus hombres, que atacaron a los invasores de forma inesperada y por la retaguardia, cuando ya no tenían escapatoria. Dice también la leyenda, que después de esta batalla, una maldición condenó al pueblo de Oliegos a desaparecer, tal como ocurrió, mucho tiempo después, con la construcción del embalse…

Puntos de interés PDF

SUBIR