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Los puertos de verano

Cómo llegar

  • Desde León y Asturias se toma la carretera N-630 en dirección a La Pola de Gordón, allí se desvía a la carretera provincial LE-473 que conduce al puerto de Aralla, pasando por Cabornera, punto de inicio de la ruta.
  • Desde la carretera de Caboalles (C-623) un desvío próximo a Miñera de Luna permite tomar la carretera provincial LE-473 que conduce a Cabornera después de pasar el Puerto de Aralla.

Descripción de la ruta

Nombre de la ruta Los puertos de verano
Inicio/Fin Cabornera (La Pola de Gordón)
Duración aproximada 5 horas
Dificultad Alta
Tipo de ruta Circular
Punto más elevado Puerto Santa Cruz, 1.477 m

La ruta se inicia en Cabornera, en el puente que cruza el río Casares y se dirige con una ligera ascensión a la hoz del Calero, enclave de singular belleza por el que se transita sobre un empedrado, destinado a conservar el camino en buenas condiciones en caso de avenidas torrenciales, por la angosta garganta que forman los afloramientos calizos. El camino continúa ascendiendo hasta llegar al puerto de Fonfrea primero y al Espinco después. Durante la ascensión, la cordillera Cantábrica ofrece paisajes con todo su esplendor. Finalmente se llega al puerto de Santa Cruz, donde hay una majada y un aprisco para el ganado.

Desde Santa Cruz se siguen varias veredas que permiten acceder a Foz Escura, una impresionante hoz entre cuyas paredes aún quedan los restos de los antiguos chozos empleados por los pastores para refugiarse. La ruta prosigue por una senda que ocasionalmente se pierde entre los canchales, hasta conducir al caminante al interior de un hayedo de gran belleza y alto valor ecológico. Poco a poco se va descendiendo hasta llegar a la carretera de Aralla, que será necesario dejar atrás, para subir por una estrecha carretera de montaña hasta Paradilla de Gordón.

El pueblo conserva aún su arquitectura popular, destacando la iglesia, de construcción sencilla y sobria. Continúa la ruta con una ligera ascensión por una pista que recorre la ladera conocida como La Solana para terminar con un fuerte descenso que conduce de vuelta a Cabornera.

Recomendaciones:

  • En las zonas de montaña las condiciones climatológicas pueden variar bruscamente. Es aconsejable llevar ropa adecuada.
  • Algunos tramos de la ruta pasan por terrenos difíciles, se recomienda llevar calzado de montaña y cayado, así como extremar las precauciones en caso de la presencia de agua o hielo./li>
  • Por respeto al entorno y a otros posibles visitantes, evite dar voces o llevar aparatos con ruidos estridentes.
  • La recogida de residuos es muy dificultosa en estos valles. Procure llevar su basura de regreso y depositarla en contenedores.
  • Si hace la ruta con su perro, tenga cuidado para que no espante al ganado.

Cartografía

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Contenido temático

La economía tradicional de las montañas cantábricas, se ha basado desde antiguo en dos pilares fundamentales, la agricultura y la ganadería, siendo esta última la que mayor importancia ha tenido para la zona. Y entre todas las ganaderías, la ovina ha sido siempre la que ha contado con un mayor número de cabezas. La oveja es un animal que posibilita múltiples aprovechamientos: leche, lana, carne y cuero... Además se adapta perfectamente a una explotación de tipo extensivo.

En Cabornera, todavia hoy se realiza una trashumancia de corta distancia, también llamada de travesía o transtermitancia. Consiste en desplazar el ganado, durante el invierno, hacia los páramos y riberas de León, donde se aprovechan los pastos y rastrojeras. En el estío el ganado regresa a los puertos de verano en la montaña, donde la altitud y el clima de la cordillera Cantábrica permiten la existencia de ricos pastos que se mantienen frescos precisamente cuando en las tierras llanas, la vegetación se agosta por efecto del calor. De la importancia histórica del comercio de la lana, dan fe numerosos documentos antiguos en los que se guarda detallada.

la lana, dan fe numerosos documentos antiguos en los que se guarda detallada cuenta de los arrendamientos y pleitos en los que se vieron envueltos estos puertos, desde el siglo XIV. Los puertos de Cabornera, por los que discurre la ruta, pertenecieron al Condado de Luna, que obtenía pingües beneficios de su arrendamiento a ganaderos particulares y a monasterios, a veces tan relevantes como el de Guadalupe, principales propietarios de los grandes rebaños.

Una de las "herramientas de trabajo" más importante del pastor es un buen perro. La trascendencia que el pastoreo ha llegado a tener, dio como fruto dos razas autóctonas de perros pastores. La más conocida es el mastín leonés, un perro seleccionado desde antiguo por su gran tamaño y empleado tradicionalmente para defender a los rebaños de los ataques del lobo, que en épocas de escasez, acechaba en estos montes a los rebaños de merinas.

La imprescindible presencia de los mastines en los rebaños, hizo que la raza se extendiera rápidamente por Castilla, Extremadura, La Mancha e incluso Andalucía, a través de los largos viajes trashumantes.

Hoy la imponente silueta de los mastines con sus carrancas al cuello sigue acompañando fiel a los rebaños de ovejas que transitan por estas tierras.

La otra raza autóctona es el perro de carea leonés, un perro de tamaño mediano, utilizado por los pastores transtermitantes para conducir los rebaños. Se trata de un perro de gran inteligencia, inquieto y muy activo. Al contrario que el mastin, el uso de esta raza no se extendió por otras zonas del país, y en la actualidad se encuentra únicamente en los páramos, riberas y montañas leonesas.

En Cabornera los bosques extienden su manto por las laderas, constituyendo verdaderos refugios para la vida silvestre. Hayedos y sabinares tienen unos requerimientos ecológicos totalmente contrapuestos. El entorno de Cabornera, es prácticamente el único sitio de Europa donde aparecen juntos, siendo ésta una de las principales curiosidades botánicas de las montañas cantábricas.

Las formaciones de sabinas o xinebros, como son conocidos en la comarca de Gordón, constituyen uno de los bosques mediterráneos más peculiares y escasos de toda Europa occidental. Los sabinares cantábricos se encuentran en las zonas más soleadas de la vertiente sur de la cordillera, aprovechando el efecto térmico y xérico que les proporciona la caliza, sobre la que se asientan, sin apenas suelo en el que fijar sus raíces. El clima de la zona es mucho más apropiado para bosques atlánticos húmedos, como hayedos y roble-dales. El hayedo, al contrario que el sabinar, tiene unos requerimientos de humedad bastante altos, por lo que suele asentarse en las laderas de exposición norte. Se puede considerar uno de los suele asentarse en las laderas de exposición norte. Se puede considerar uno de los bosques más representativos de la cordillera Cantábrica y sin duda, el más bello, sobre todo en otoño, cuando una gama infinita de tonalidades ocres invade su interior. El suelo del hayedo suele estar lleno de hojarasca que dificulta la germinación de otras plantas, como resultado de adaptaciones evolutivas frente a la competencia con otras especies arbóreas.

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