Son muchos los lugares de la cordillera Cantábrica que atesoran las evidencias del pasado de la zona, pero el entorno de Los Barrios de Luna es, por diferentes motivos, uno de los puntos más destacados.

Allí se concentran evidencias de hasta 11 formaciones geológicas comprendidas entre los 550 y 300 millones de años. La ruta discurre por cuatro de ellas, conocidas de la más antigua a la más moderna como Formación Herrería, Formación Láncara, Formación Oville y Formación Barrios.

A lo largo del recorrido, los estratos que conforman estas formaciones irán desvelando a los participantes las condiciones de vida existentes cuando fueron depositados en un mar somero y cálido, habitado por seres bien distintos a los que hoy pueblan esta región.

El guía interpretador nos ayuda, más que en ninguna de las otras rutas, a trasladarnos a otro tiempo, a retroceder millones de años y sobre todo, a descubrir en las rocas las evidencias indescifrables de nuestro pasado. Por unas horas, entre fósiles y rocas, los participantes se trasladarán al origen de estas montañas.