El yacimiento arrecifal de Matallana de Torío

En algunos episodios del periodo Devónico, el mar en el que se formaron las rocas cantábricas reunió las condiciones óptimas para el desarrollo de arrecifes. Estas estructuras de origen biológico estaban compuestas por un sinfín de organismos, muchos de ellos con esqueletos duros, que acabaron formando parte de los sedimentos y, por tanto, de las rocas derivadas de estos.

Un ejemplo de ello son las calizas arrecifales de la Formación Portilla que afloran en Matallana de Torío. Son rocas ricas en fósiles de los corales y esponjas que constituyeron aquellos arrecifes, así como de otros organismos, como braquiópodos, crinoideos y diversos moluscos.

Los arrecifes evolucionan a lo largo de su existencia y, esta evolución, ha quedado bien registrada en el yacimiento de Matallana, desde su origen, hasta su máximo desarrollo y muerte.